Cada vez que Hawk Moth va a actuar, toma su bastón, se apoya sobre él y, después, se dirige a las personas que, en medio de su frustración, temor, ira, celos, desvalorización pueden ser fácilmente akumatizadas; es decir, convencidas de que si obedecen, pueden desarrollar superpoderes y hacer que, quienes los humillaron, menospreciaron, desvalorizaron, avergonzaron o frustraron, paguen por sus actos. Mientras las personas mantengan desconectadas de sí mismas, concentradas en su dolor y ensimismadas en sus pensamientos de injusticia resulta más fácil quitarles su poder interior y manipularlas. No hay nada más peligroso que, un grupo de personas resentidas, que encuentran un líder que encarne sus ideales de venganza y de justicia. Cuando nos aferramos a un sentimiento de injusticia, terminamos siendo victimarios. Para el joven que asesinó al urólogo, todo le resultaba abrumador. Las cosas que resultaban comunes, para la mayoría de las personas, para él eran sumamente abrumadores: dificultades para inscribirse en el Sisbén, conseguir trabajo, ser atendido por urgencias en la eps, se fueron convirtiendo en experiencias que alimentaban su necesidad de justicia. El joven llegó experimentar que el mundo lo rechazaba y menospreciaba.
En su peregrinación, el maestro y algunos de sus discípulos bajaron de la montaña al llano y se encaminaron hacia las murallas de la gran ciudad. Ante la puerta se había congregado una gran muchedumbre. Cuando se hallaron más cerca vieron un cadalso levantado y los verdugos ocupados en llevar a rastras hacia el tajo a un individuo ya muy debilitado por el calabozo y los tormentos. La plebe se agolpaba alrededor del espectáculo. Hacían mofa del reo y le escupían, movían bulla y esperaban con impaciencia la decapitación. ¿Quién será y qué delitos habrá perpetrado, se preguntaban unos a otros los discípulos, para que la multitud desee su muerte con tanto afán? Aquí no se ve a nadie que manifieste compasión ni que llore. Supongo que será un hereje, dijo el maestro con tristeza. Siguieron acercándose, y cuando se vieron confundidos con el gentío los discípulos preguntaron a izquierda y derecha quién era y qué crímenes había cometido el que en aquellos momentos se arrodillaba frente al tajo. Es un hereje, decía la gente muy indignada. ¡Hola! ¡Ahora inclina su cabeza condenada! ¡Acabemos de una vez! En verdad ese perro quiso enseñarnos que la ciudad del Paraíso tiene sólo dos puertas, ¡cuando a todos nosotros nos consta perfectamente que las puertas son doce! Asombrados, los discípulos se reunieron alrededor del maestro y le preguntaron: ¿Cómo lo adivinaste, maestro? Él sonrió y, mientras echaba de nuevo a andar, dijo en voz baja: No ha sido difícil. Si fuese un asesino, o un bandolero o cualquier otra especie de criminal, habríamos visto entre las gentes del pueblo pena y compasión. Muchos llorarían y algunos hasta pondrían el grito en el cielo proclamando su inocencia. Al que tiene una creencia diferente, en cambio, se le puede sacrificar y echar su cadáver a los perros sin que el pueblo se inmute. Mirza Deras, religiosa de la asunción, escribe: “La energía que proyectamos es como una huella que dejamos en todo lo que hacemos. No se trata solo de lo que decimos, sino de cómo lo decimos y de la esencia que transmitimos. Es esa vibración la que realmente conecta con las personas y el mundo que nos rodea. Por eso es crucial cultivar nuestra propia energía desde adentro hacia afuera, asegurándonos de que refleje nuestro amor propio, nuestras ideas creativas y nuestros deseos más profundos. Solo así podremos estar en sintonía con lo que buscamos y atraer lo que realmente queremos en nuestras vidas”. Cada uno de nosotros puede cargar las relaciones, las experiencias, los sentimientos y la percepción sobre sí mismo con una energía clara u oscura. Hawk Moth carga de energía oscura las experiencias de las personas que encuentra en su camino y, por su debilidad anímica y espiritual, se convierten en candidatos para su causa: destruir la vida porque se considera que su actuar es injusto al arrebatarnos, a través de la muerte, a los seres que amamos. Existen personas que, al no hacer un trabajo interior serio, que les permita sanar sus heridas y conectar con su verdadera identidad, se dedican a corromper con sus comentarios, actitudes y percepciones deformadas de la vida a quienes encuentran en su camino. Muchos creen que, ser espiritual consiste en tener una serie de pensamientos y frases bonitas que se repiten una y otra vez. La espiritualidad trata de la consciencia de Sí mismo y, por decirlo de alguna forma, del cuidado de nuestro mundo interior, de la relación con el ser superior y de la construcción de nuestra identidad desde el Sí-mismo. La transformación del corazón es el signo prevalente de una espiritualidad sólida, bien cimentada. Sin interiorización, no crece el ser interior sano, reconciliado, iluminado por el amor de Dios. La luz de Dios nos transforma y nos ayuda a permanecer en Él porque supimos transformar nuestra oscuridad en luz y nuestro llanto en alegría. De nuevo, Mirza Deras, nos dice: “Vivir bajo la luz de Dios cambia todo a nuestro alrededor. Cuando estamos cerca de Él, las dudas y los miedos pierden su poder sobre nosotros, en cambio, alejarnos nos sumerge en un mar de incertidumbres y tristeza, perdiendo el sabor por las cosas que solían traernos alegría. Entender lo que ocurre dentro de nosotros puede ser difícil, pues las apariencias a veces confunden. Sin embargo, la cercanía con Dios, la oración y todo aquello que nutre nuestra alma nos ayudan a disipar suavemente nuestras inquietudes y temores, permitiendo que su luz llene nuestra vida y la alegría, la pasión se fortalezcan en nuestro corazón. Es importante no descuidar nuestra relación con Dios, ya que es lo que nos salva y da sentido a nuestra existencia, vocación y propósito en este mundo. Que su luz nos guíe siempre”. Hawk Moth utiliza el bastón de mando para convocar a quienes han de ser akumatizados. Es decir que, todos aquellos que, atesoran en su corazón sentimientos de inferioridad, celos, despotismo, humillación pueden ser provocados para que, en su desconexión interior, pongan sobre las espaldas de los demás, lo que ellos, por la razón que sea, no han logrado sanar, apaciguar o soltar. Estamos a merced de las fuerzas que destruyen la vida, también de aquellas que la iluminan, la hacen crecer y la transforman. El descuido del alma reviste una seria posibilidad de ser convocados por Hawk Moth para su causa. Al respecto, vienen bien las palabras de Thomas Merton: “Nuestra tarea es buscar y encontrar a Cristo en nuestro mundo tal y como es y no como podría ser. El hecho de que el mundo sea diferente de lo que podría ser no altera la verdad de que Cristo está presente en él, y que Su plan no ha fracasado ni cambiado: en efecto, todo se hará conforme a Su voluntad”. El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término (Salmo 23)Francisco Carmona
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