Nathaniel es el símbolo de los jóvenes que tienen mucha dificultades para expresar lo que sienten. Nathaniel es delgado, tiene movimientos torpes, es cercano a quienes le rodean, cuando llega a un sitio nuevo primero observa y, después, interactúa. Tiene una conversación muy interesante. Su peinado siempre es reblujado. La principal virtud que caracteriza a este joven es la creatividad, tiene una enorme sensibilidad y, conecta fácilmente con el mundo inconsciente. Vive lleno de preguntas y, es muy inquieto intelectual y espiritualmente. Según el creador de este personaje, Nathaniel está enamorado en secreto de una compañera de la escuela, siempre la dibuja en los cómics que hace en su cuaderno. En las escenas que dibuja, él salva a la chica de varios villanos. Tiene muchas dificultades para relacionarse con sus sentimientos. En una ocasión, toma valor para expresarle a su compañera de colegio lo que siente por ella. Cuando obtiene una respuesta negativa, se siente profundamente herido y, reacciona comparando a la chica, con las personas más odiosas del colegio. Después de este episodio, Nathaniel se encierra en sí mismo, cada vez que es interrogado por los demás sobre su estado emocional, responde educadamente, con una evasiva.
Una historia de Etiopía nos relata de un anciano que, en su lecho de muerte, llamo a sus tres hijos y les dijo: No quiero dividir en tres lo que poseo. Eso dejaría muy pocos bienes a cada uno de vosotros. He decidido dar todo lo que tengo, como herencia, al que se muestre más hábil, más inteligente, más astuto, más sagaz. He dejado encima de la mesa una moneda para cada uno de vosotros. Tomadla. El que compre con esa moneda algo con lo que se puede llenar la casa completamente se quedará con todo. Se fueron. El primer hijo compró paja, pero solo consiguió llenar la casa hasta la mitad. El segundo hijo compró sacos de pluma, pero no consiguió llenar la casa mucho más que el anterior. El tercer hijo – que consiguió la herencia – solo compro un pequeño objeto. Era una vela. Espero hasta la noche, encendió la vela y llenó la casa de luz. Cuando Nathaniel es akumatizado se vuelve celoso. Además, cuando advierte que, un amigo suyo está familiarizando mucho con alguien extraño, lo invade el temor a que se burlen de él y, se vuelve cizañoso, inventa cosas, calumnia, etc. Como no le gusta que los demás se burlen de él, esa es su herida más profunda, cuando quiere a alguien lo protege, intenta protegerse y proteger de aquello que a él, le causa dolor. Ante los demás, Nathaniel es un romántico. Le asusta pensar que, alguien pueda conocer sus sentimientos más profundos, para protegerse de lo que considera una invasión a su intimidad, se aísla todo el tiempo. Nathaniel rompe las promesas que hace de guardar los secretos de sus amigos, cuando se siente burlado o que lo toman muy poco en serio. Nathaniel tiene miedo a ser débil. Por esa razón, esconde sus sentimientos y prefiere también esconderse. En rezando voy encontré las siguientes palabras: “Cuántos problemas imaginarios nos formamos, y qué pocos reales. Cuántas ansiedades nos invaden que, fríamente miradas, se diluyen como arena en el mar, pero que al principio parecen insalvables. En parte es nuestra vida, nuestro ritmo, nuestra sociedad… Vivir sin pausa. Saltar de una ocupación a otra, de una preocupación a otra. Sentir mucho y rápido, pero pensar poco. Y, por encima de todo, vivir en un constante equilibrio que no nos deje tropezar o caer. Pero si un niño no se cae nunca aprenderá a caminar. ¿No será parte de la maduración aceptar nuestra parte quebradiza? Nathaniel vive obsesionado con la idea de que alguien revele lo que él confía. Por esa razón, tiene pocos amigos. No le gusta la idea de tener que compartir los sentimientos con otras personas, prefiere consignarlos en un diario o en los dibujos que hace. Las habilidades artísticas de Nathaniel son evidentes y, en algunos casos, envidiables. La cuestión está en que, cuando alguien le sugiere estudiar artes, de inmediato, deja de pintar y esconde su creatividad. La personalidad de Nathaniel debido a su sensibilidad, resulta bastante compleja. Nathaniel esta frente a la tarea de aprender a manejar su mundo emocional, donde el miedo a ser herido y menospreciado está latente. Mirza Deras, recordándonos el pasaje del evangelio de Juan, donde Jesús tiene un encuentro a solas con Pedro, nos dice: “Pedro, que había negado a Jesús tres veces antes de la crucifixión, ahora tiene la oportunidad de reafirmar su amor y su compromiso. Este pasaje no solo habla de perdón y reconciliación, sino también de misión. Este diálogo nos recuerda que, a pesar de nuestras debilidades y caídas, Jesús nos ofrece siempre una nueva oportunidad. Nos llama a reafirmar nuestro amor por Él y nos confía una misión. ¿Cómo respondemos nosotros a ese llamado? ¿Estamos dispuestos a seguirle, a pesar de nuestras imperfecciones, y a cuidar de aquellos que nos rodean? Thomas Merton, nos recuerda en qué consiste la amistad verdadera, esa que nace del encuentro con Cristo que es la imagen auténtica de nuestro Sí-mismo, con las siguientes palabras: “Ser Tu amigo significa ni más ni menos aceptar Tu amistad porque es Tu amistad. Esta amistad es Tu vida, el Espíritu de Tu Hijo. Me has llamado aquí para ser Tu Hijo: para nacer de nuevo, repetidamente, en Tu luz, en conocimiento, en consideración, en gratitud, en pobreza y en alabanza”. Cuando dejamos que la amistad que Cristo nos ofrece haga parte de nuestra vida, podemos experimentar como nuestro mundo afectivo tiene un orden diferente, ya no estamos a merced del miedo a no ser comprendidos porque, ante todo, somos nosotros los que estamos listos para comprender. No tengas miedo de querer. No tengas ni el temor de llorar ni de llorarte ¿Por qué ser murallón, torre o baluarte trepando sobre inútiles arengas? Desciende y echa a andar. No te detengas que la vida es amor. Y amar un arte que se sabe y se aprende. Y se comparte. Simplemente no niegues. No intervengas. No te encierres. No cierres tu espesura: no te quita entereza la dulzura ni quedarás más pobre cuando has dado. No tengas miedo. No, no tengas miedo. Vive en el redondel, el riesgo, el ruedo: nunca se ama bastante o demasiado (Julia Prilutzky Farny)Francisco Carmona
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