Cuando escuchamos una voz, que nos invita a saber quiénes somos realmente, necesariamente, terminamos yendo al Desierto. En el Desierto, podemos identificar aquellos rasgos nuestros que siempre nos han acompañado sin importar las condiciones o las circunstancias. Lo que siempre nos acompaña define lo que somos realmente, nuestra esencia. Cuentan que, Carlos de Foucauld, en 1897, escucha como Dios le habla: “Tienes que dejar atrás todo lo que Tú no eres, todo lo que Yo no Soy […] crearte aquí un desierto donde estés a solas conmigo, como estaba sola María Magdalena, en Desierto, conmigo […] Consúmete totalmente en Mí, piérdete en mí”. Para saber quiénes somos, tenemos que dejar a un lado aquello que no somos, nuestras identificaciones. Nacemos dentro de una familia. Cada Familia tiene una conciencia propia que nos dice lo que podemos o no hacer para ser parte de ella. Cuando seguimos las instrucciones de la conciencia familiar estamos tranquilos. Cuando la desobedecemos, entramos en estado de angustia, ansiedad e inestabilidad emocional. La mejor manera de sentirnos seguros es conservando nuestro derecho a pertenecer a la familia; es decir, siguiendo la conciencia familiar. La exclusión es la sanción que el sistema impone a quien va en contra de la conciencia del sistema familiar.
En su peregrinación, el maestro y algunos de sus discípulos bajaron de la montaña al llano y se encaminaron hacia las murallas de la gran ciudad. Ante la puerta se había congregado una gran muchedumbre. Cuando se hallaron más cerca vieron un cadalso levantado y los verdugos ocupados en llevar a rastras hacia el tajo a un individuo ya muy debilitado por el calabozo y los tormentos. La plebe se agolpaba alrededor del espectáculo. Hacían mofa del reo y le escupían, movían bulla y esperaban con impaciencia la decapitación. ¿Quién será y qué delitos habrá perpetrado”, se preguntaban unos a otros los discípulos, para que la multitud desee su muerte con tanto afán? Aquí no se ve a nadie que manifieste compasión ni que llore. Supongo que será un hereje, dijo el maestro con tristeza. Siguieron acercándose, y cuando se vieron confundidos con el gentío los discípulos preguntaron a izquierda y derecha quién era y qué crímenes había cometido el que en aquellos momentos se arrodillaba frente al tajo. Es un hereje, decía la gente muy indignada. ¡Hola! ¡Ahora inclina su cabeza condenada! ¡Acabemos de una vez! En verdad ese perro quiso enseñarnos que la ciudad del Paraíso tiene sólo dos puertas, ¡cuando a todos nosotros nos consta perfectamente que las puertas son doce! Asombrados, los discípulos se reunieron alrededor del maestro y le preguntaron: ¿Cómo lo adivinaste, maestro? Él sonrió y, mientras echaba de nuevo a andar, dijo en voz baja: No ha sido difícil. Si fuese un asesino, o un bandolero o cualquier otra especie de criminal, habríamos visto entre las gentes del pueblo pena y compasión. Muchos llorarían y algunos hasta pondrían el grito en el cielo proclamando su inocencia. Al que tiene una creencia diferente, en cambio, se le puede sacrificar y echar su cadáver a los perros sin que el pueblo se inmute. La conciencia del sistema familiar puede llegar a ser muy hostil. Por miedo a ser excluidos, una mujer puede abortar un hijo, un hombre puede negar una relación de pareja o la paternidad, se puede chantajear y manipular a los hermanos, etc. La conciencia familiar actúa como el Dios familiar. Los miembros de la familia están dispuestos a hacer cualquier sacrificio con tal de obtener la bendición de la conciencia familiar. Hace algún tiempo, una mujer consteló su relación con la pareja y el dinero. En la constelación salió a la luz el desprecio que la mujer sentía por su origen humilde y la rabia que llevaba consigo hacia sus padres por las condiciones en las que había vivido en la infancia. La solución se encontraba en el gesto de honrar el origen y agradecer a los padres por lo mucho o poco que lograron hacer por brindarle el mayor bienestar posible. Poco tiempo después, la mujer que llevaba muchos años sin visitar a su padres, ahora ancianos, decidió que, iba a hacerse cargo de ellos, incluso económicamente y, excluyó radicalmente a sus hermanos. Ahora, ella iba a ser la hija que nunca había sido. Esta mujer, durante años se había autoexcluido de la familia, se sentía afortunada del dinero que ganaba. Se daba una vida de lujos para compensar, según ella, los años de pobreza que le había tocado vivir. El deseo de pertenecer hizo que esta mujer se volviera sumamente hostil con sus ancianos padres y con el resto de la familia. Según Constelaciones, esta mujer había pasado de la conciencia de víctima, tuvo que vivir muchas privaciones, a ser la que iba a tener la bendición: la hija que cuidó y se sacrificó por sus padres. De hecho, cada vez que podía, hacía ver a la gente, que sus hermanos se habían desinteresado de los padres y, los habían dejado solos. Sí no fuera por ella… La espiritualidad, primero y, la psicología, después, señalan que la meta de la existencia humana es la individuación. Mientras nos mantengamos unidos incondicionalmente a la conciencia del sistema familiar, difícilmente, podemos tomar la vida en nuestras manos y hacernos cargo de nuestro destino. Nuestro anhelo más profundo consiste en saber quiénes somos y cuál es el verdadero propósito de nuestra existencia. Mientras no entremos en contacto con nuestra esencia, con la verdad que nos habita, con nuestra verdadera y auténtica identidad, vamos a ir por la vida, como se dice en la calle, dando tumbos. La realización del anhelo personal no es más que el pretexto para ponernos en marcha, salir de la casa o sistema familiar y encontrarnos con nuestro destino. Sin individuación no hay autorrealización ni trascendencia. El paso más importante que podemos dar, cuando se trata de responder a la voz interior, que nos invita a saber quiénes somos realmente, es el anonadamiento; es decir, la renuncia al Ego. Al respecto, Carlos de Foucauld escribe: “Nuestro anonadamiento es el medio más eficaz que tenemos para unirnos a Jesús y de hacer el bien a las almas; es lo que San Juan de la Cruz repite casi en cada línea. Si se puede sufrir y amar, se puede mucho, se puede lo más que se puede en este mundo; se siente que se sufre, no se siente siempre que se ama, y esto es un gran dolor más. Pero se sabe que se querría más, y querer amar es amar. Se piensa que no se ama lo suficiente; pero como esto es verdad, nunca se amará lo suficiente, pero el buen Dios, que sabe de qué barro nos ha formado y que nos ama mucho más de lo que una madre puede amar a su hijo, nos ha dicho, Él que no miente, que no rechazará a quien vaya a Él” Para descubrir quienes somos realmente, obligatoriamente, tenemos que atravesar el Desierto. Dios le concede su gracia, saber quienes somos, a quien se atreve a ir al Desierto y enfrentarse con los animales salvajes que habitan allí y con los aullidos que se escuchan en ese mismo lugar. Para encontrarse, conocerse, poder conectarse consigo misma, el alma necesita del silencio, el recogimiento, del atrevimiento a tomar distancia de todo lo que, en el día a día, la mantiene ocupada y, a veces, distraída. El alma produce frutos, en la medida que, el hombre interior, lo que realmente somos, toma forma y crece. Sin vida interior, el alma difícilmente progresa. Sencillo quiero ser como Tú eres. El alma transparente como el día, la voz sin falsear y la mirada profunda como el mar, pero serena. No herir, pero inquietar a cada humano que acuda a preguntarme por tus señas. Amar, amar, amar, darme a mí mismo de balde cada día y sin respuesta. Ser puente y no llegada, ser camino que se anda y que se olvida, ser ventana al campo de tus ojos y quererte. Descanso quiero ser, vaso de vino de Dios para los hombres cuando vengan con polvo sobre el alma de buscarte (Valentín Arteaga) Francisco Javier Carmona
0 Comentarios
Dejar una respuesta. |
Una producción de Francisco Carmona para acompañar a quienes están en busca de su destino.
Haz clic y visita nuestro canal de podcast, podrás escuchar todos los episodios completos.
Haz parte de nuestro grupo de suscriptores y recibe en tu WhatsApp la reflexión diaria.
Escanea o haz clic en el siguiente enlace
Filtrar Contenido
Todos
|