Las situaciones difíciles y complejas de la vida llevan necesariamente a preguntarse: ¿En dónde está puesta la confianza? La inseguridad revela que, nuestra confianza esta puesta en Alguien o en algo carente de un sólido fundamento. Jesús advierte a los discípulos: “El hombre sabio construye su casa sobre roca; en cambio, el necio construye sobre arena”. Cuando llegan las crisis, que siempre llegan, lo que está construido sobre roca se mantiene firme; en cambio, lo que está construido sobre arena fácilmente se derrumba”. En el momento, en el que somos conscientes del fundamento sobre el cual estamos construyendo la vida, también encontramos los motivos para seguir avanzando, construyendo y esperando. Una pareja de jóvenes estaban muy enamorados y se iban a casar. Unos meses antes de la boda, la novia tuvo un accidente y quedó con el rostro totalmente desfigurado. No puedo casarme contigo, le comunicó en una carta a su novio. Quedé marcada y muy fea para siempre, búscate a otra joven hermosa como tú te mereces, yo no soy digna de ti. A los pocos días la muchacha recibió esta respuesta de su novio: El verdadero indigno soy yo, tengo que comunicarte que he enfermado de la vista y el médico me dijo que voy a quedar ciego... Si aun así estás dispuesta a aceptarme, yo sigo deseando casarme contigo. Y se casaron, y cuando lo hicieron, el novio estaba ya totalmente ciego. Vivieron 20 años de amor, felicidad y comprensión, ella fue su lazarillo, se convirtió en sus ojos, en su luz, el amor los fue guiando por ese túnel de tinieblas. Un día ella enfermó gravemente y cuando agonizaba, se lamentaba por dejarlo solo entre esas tinieblas. El día que ella murió, él abrió sus ojos ante el desconcierto de todos. No estaba ciego, dijo. Fingí serlo para que mi mujer no se afligiera al pensar que la veía con el rostro desfigurado. Ahora mi amor descansa en ella.
Hace algunos años, un amigo tenía serias dificultades en su vida matrimonial. Se había separado tres veces e igual número de veces había decidido regresar; ahora, estaba enfrentando una nueva crisis y el deseo de irse estaba presente nuevamente. Me contó que habían decidido participar como pareja en una sesión terapéutica donde se hacía una toma de ayahuasca, con el objetivo de saber realmente, sí podían o no continuar viviendo juntos como pareja. Antes, habían intentado todo tipo de terapias, nada había dado resultado. Se estaban jugando la última carta. En la sesión a la que asistieron, cuando entraron en estado de trance, se vieron juntos, amándose y envejeciendo el uno al lado del otro. Salieron con la decisión de renovar sus votos matrimoniales. Dos meses después, hubo un acto de agresión y de violencia tan fuerte que los separo definitivamente. Hoy, cada uno vive una experiencia de pareja diferente. Las crisis nos invitan a preguntarnos: ¿Dónde está puesta la confianza? Si aquello en lo que confiamos no es sólido nuestra actitud ante la vida es, inevitablemente, insegura. Willigis Jäger, entre otros, recuerdan que, la inseguridad existencial es el momento adecuado para revisar nuestro vínculo con la Trascendencia o Realidad Primera. Según el pensamiento de este autor, podemos revisar sí deseamos vivir o no la fe dentro del marco que nos ofrece una institución. Lo que no podemos hacer, sin ponernos en riesgo, es decir que, no deseamos tener ningún vínculo con la Realidad Primera. Hoy, la religión está ligada a la proclamación de la fe correcta; algo que no es posible afirmar dada la contrariedad y oscuridad que se cierne sobre las instituciones, sus representantes y sus fieles. Las religiones, dice Jäger, “miran hacia el exterior, de donde esperan recibir ayuda. Se pueden convertir casi en instituciones seculares, entrometiéndose, en su pretensión de poder espiritual, en la consciencia individual, en la política y hasta en los negocios” A Dios se le experimenta como el que sostiene la vida, consuela, llena de sentido y, en los momentos de mayor debilidad, como la fuerza que anima, impulsa y acompaña. Además, Dios es quien siempre permanece fiel, leal, a nuestro lado porque su amor y misericordia son infinitas. Todo lo anterior es posible, según Jäger: “Porque la experiencia mística auténtica consiste en una experiencia de Unidad. Esta experiencia es sutil, transracional y capaz de disolver las fronteras que, constantemente crea nuestro Yo”. El ser humano cuando desciende a las profundidades de su corazón puede ver, reconocer, escuchar y sentir la manifestación de una Realidad que, a la vez que lo abarca y trasciende, se hace inefable. Javier Melloni sj, nos recuerda que “Dios es la plenitud del SER que nos deja ser en plenitud”. Continua diciendo Melloni: “Pero si Dios es la posibilidad de que todo sea y Dios no es un ser más, sino que es AQUEL-AQUELLO que permite que seamos, cuanto más somos, más somos ÉL. El problema del cristianismo es que nos hemos quedado, en general, a mitad del camino. Es decir, hemos reconocido en Jesús esa unificación de lo humano y de lo divino, pero nos hemos quedado distantes de identificarnos con todo lo que Él es. Porque es necesario morir a muchas cosas para verdaderamente entrar a donde Él está. Es decir que, si Dios es la plenitud del SER que nos deja ser en plenitud y reconocemos en Jesús que es el máximo vaciamiento de lo divino en lo humano y de lo humano en lo divino, y nos dice: Yo y el Padre somos uno. Sed uno como el Padre y yo somos uno, nos está invitando a estar con él, a estar en el mismo lugar que Él está”. El Maestro Eckhart, citado por Jäger, dice: “Pido a Dios que me libre de Dios, porque mi ser esencial está por encima de Dios. Y también le pido a Dios que me despoje de Dios y aprenda LA VERDAD, a gozarla eternamente allí donde los ángeles supremos, la mosca y el alma son iguales”. ¿Puede algo darnos la seguridad y la confianza que encontramos cuando nos abandonamos en Dios, cuando ponemos nuestra vida en sus manos? Ciertamente, No. Dice Jäger: “Ni la religión, ni la ciencia son capaces de dar una respuesta satisfactoria”. Sólo Dios, cuando es liberado de nuestras falsa imágenes sobre Él, puede sostenernos, hacernos sentir seguros cuando atravesamos la aridez, las cañadas oscuras por las que, la vida nos hace a pasar, en algunas ocasiones. La experiencia de Dios es tan necesaria para el alma como el alimento, el agua, el sueño para el cuerpo. En la medida, que nuestra fe es sólida, nuestro ser, nuestra mente y nuestro corazón evolucionan como lo hace la Creación entera. Recordemos que, Dios está integrado en la Creación, todo habla de Él, todo está lleno de Él. Sabemos que todas las cosas provienen de Dios. Lo más importante: todo fluye hacia Dios. Nadie puede negar la conexión que existe entre Dios y la Creación. Es más, los avances de la física, la astronomía y la ciencia en general tienden a descubrir a Dios como la corriente interna que todo lo sostiene y dirige hacia la Unidad Total. Las situaciones difíciles y complejas de la vida nos conducen a descubrir que, podemos confiar en Dios porque Él nunca nos fallará, nunca nos dejará solos, nos traicionará. Padre, me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal de que se cumpla Tu voluntad en mí y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre. Te encomiendo mi alma, te la entrego con todo el amor de que soy capaz, porque te amo y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre (Carlos de Foucauld) Francisco Javier Carmona
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